Desde septiembre de 2006 trabajan en el territorio de la cultura popular. Ya lograron arreglar el techo y otros espacios y siguen esperando la aprobación del comodato.
“Estamos bastante contentos”, dispara Susana Barciulli, integrante del centro cultural América Libre sobre los diez años de actividad de este espacio local, emplazado en la esquina de San Martín y XX de Septiembre, y para cuyo festejo arrancaron ya diversas actividades que seguirán hasta septiembre. Es que a fin de ese mes, el 24, se cumplirá la década de trabajo, siempre autogestionada.
Este fin de semana se realizó una jornada de Teatro Breve, a fines de este mes lanzarán los festejos oficiales, tienen previsto realizar una revista de los diez años y ya piensan en llevar adelante veinticuatro horas ininterrumpidas de arte.
Experiencia inédita en Mar del Plata, el América Libre empezó como centro cultural a partir de una toma pacífica que un grupo de artistas realizó al edificio que, en el pasado, perteneció a Anses. Era 2006 y ya los gestores que entraron a la edificación en ruinas sabían que el campo popular necesitaba “un lugar para desarrollar cultura”, dice Barciulli a LA CAPITAL. Y recuerda que antes habían agotado las instancias para que la comuna les facilitara un espacio apto para el desarrollo expresivo.
Desde 2006 no pararon. Bandas nacionales como “Arbolito”, Miss Bolivia, Víctor Heredia o “La manzana cromática protoplasmática”, entre otros, fueron parte de la agenda de espectáculos, en la que nunca estuvieron exentas la muchas formaciones teatrales, musicales y artísticas con que cuenta la ciudad.
Porque los escenarios del América Libre, en sus primeros tiempos más precarios y ahora remozados, ayudaron a hacer visible las expresiones marplatenses en diversas disciplinas. Al tiempo que contribuyó a gestar grupos.
“Estamos en balance, viendo qué significan estos diez años. El objetivo que era aportar para la transformación social del sector popular se puede expresar en todo lo que hemos venido haciendo”, acotó Barciulli.
A través de una campaña de recolección de dinero que realizaron el año pasado, los gestores del América lograron arreglar el techo del edificio, cuyas chapas estaban destrozadas, remodelar los baños y dejaron a nuevo un entrepiso en el que se realizan diversas actividades y cuyos cerámicos fueron donados por la ex fábrica recuperada Zanon.
“Todo sin subvención”, acotó y se mostró esperanzada en que el edificio logre obtener un comodato que le permita funcionar dentro de un marco de mayor seguridad.
Aunque sean tiempos “adversos para cualquier construcción popular en educación, cultura, salud”, tal como expresó, Barciulli sabe que el centro cultural está instalado en el circuito no oficial. Además, en la actualidad el espacio está integrado al movimiento Patria Grande y sigue, como en sus primeros años, siendo manejado de manera autogestiva.
Es decir, cada decisión se toma en asambleas en las que participan sus participantes más afines. “A veces vienen algunos a pedir hablar con el director del América Libre… y acá no hay director”, acota. Se trata de un modelo de organización horizontal inspirada en otros movimientos mundiales, tal el zapatismo mexicano de la región de Chiapas.